MARTES 29 de junio 1999 
Pedro Pulgar
Editor de Negocios
¿Por qué no empezar un negocio de gelatinas?
Esta fue la simple idea   de un negocio. Lulu's Dessert, al que hace poco se le unió otro, Fancy   Fruit Corporation, que producen gelatinas y paletas y que este año   llegará a nueve millones de dólares en facturación bruta. Claro que el   éxito no ha venido de la noche a la mañana, de hecho tampoco la   necesidad fue cosa temprana.
ANTECEDENTES
Sobrino desciende de una familia acomodada de la capital de México.
Su padre, abogado, le permitió estudiar en una escuela bilingüe.
Una ves graduada Sobrino estableció una pequeña cadena de tres negocios   de flores La Florería Inglesa, y un negocio de grupos de banquetes y   bodas que organizaba en hoteles. 
Por último empezó otro negocio de grupos y convenciones -Copsa-en los que atendía a clientes estadounidenses.
Desde niña Sobrino   acudía los veranos a Estados Unidos para aprender inglés y   familiarizarse con este país esto fue lo que dice siempre le llamó la   atención.
"Cuando decía en mi   casa que quería venir 'a hacerla' aquí en los Estados Unidos me decían   que estaba loca". Recuerda la empresaria.
Loca o no, empezó a   expandir su negocio de grupos y convenciones en EU. En 1979 y 1980. el   peso se cotizaba bien y Sobrino empezó una división de Copsa llamada   México y Westside Connections. Inc. ubicada en Plaza de la Reina, en el   hotel Sheraton. Desde ahí organizó combinaciones de turismo y   convenciones para grupos empresariales mexicanos.
"Venir aquí no fue una irresponsabilidad, sino la búsqueda de un mejor futuro. Yo tengo sangre de aventurera", dice Sobrino.
Pero la dicha no duró mucho. En 1982, con la crisis del peso, todo el negocio se fue a pique. Sobrino no se rindió.
"No quise regresar a México, tenía el presentimiento de que el país no estaba nada bien", confiesa la empresaria.
Empezó una frenética   actividad de importación de artesanías v el envío de turismo a México.   Sin embargo, y debido a la debacle del peso, los negocios no   fructificaron.
"En México no había garantías de ningún tipo, el precio cambiaba todos los días", dice Sobrino.
NACIMIENTO DE UNA IDEA
De esta desesperación   surgió la idea de las gelatinas, por difícil que parezca de creer. "Como   consumidora, y después de buscar, quería comer gelatinas y recuerdo que   siempre me llamó la atención la falla de ese producto en EU", dice   Sobrino.
Con esta inspiración en   mente, comenzó a recorrer las ciudades limítrofes de Redondo Beach, su   lugar residencia. Ni en Willmington, ni en Carson, Torrance o Compton   había gelatinas.
"Había pan mexicano y flanes, pero no gelatinas", agrega.
Ni corta ni perezosa, y   sin saber en lo que se estaba metiendo, comenzó, inocentemente y sin   aspiraciones, a traer los sabores de Tijuana, a utilizar las recetas de   su madre, y a conseguir las licencias de producción.
La inversión total   ascendió a 20 mil dólares, fruto de la venta de unas propiedades en   México, y así es como abrió un primer local de 300 pies cuadrados, donde   comenzó a producir y repartir el producto a las pequeñas tiendas   latinas. Ella era la dueña y única empleada.
Desde entonces el   negocio, Lulu's Dessert, ha pasado a tener cien empleados, y las ventas   ascendieron de 300 unidades diarias a 50 millones al año, conviniendo la   empresa en la pionera a nivel nacional en la producción, distribución y   venta de gelatinas listas para el consumo.
Empezó dejando las   gelatinas caseras en consignación en las pequeñas tienditas, y hoy en   día distribuye en cadenas como Price Costco, Albertson's, Certified   Grocers (quienes distribuyen en miles de pequeños establecimientos),   Food for Less, Lucky's, Ralphs, Smart & Final, El Tapatío, Top   Valué, Vons, Gigante, Max Foods. etc. repartidas por todo el país.
Pero si hay algo a lo que ella atribuye el éxito, esto se trata del empaque.
"Hizo falta vender el   producto en vasos y venderlo por unidades, en cantidades pequeñas, pues   es así como lo consume el público".
Estos empaques   individuales Lulu's Dessert los proporciona en diversas cantidades,   siendo el de 12 unidades el más popular. En él se combinan diferentes   gustos y sabores, entre los que destaca poderosamente uno con la sabia   combinación de los colores de la bandera mexicana.
Esta fórmula es la que   se impone en la industria alimenticia desde hace 10 ó 15 años debido a   los cambios en el estilo de vida. Por ejemplo, la carencia de tiempo   para cocinar es cada vez mayor, cada vez es más frecuente que ambos   cónyuges trabajen, lo cual hace que el pragmatismo se imponga. Por   último, cada vez son más las personas que viven solas y los envases en   volúmenes pequeños están ganando terreno.
Esta fórmula es la que se impone en   la industria alimenticia desde hace 10 ó 15 años debido a los cambios   en el estilo de vida. Por ejemplo, la carencia de tiempo para cocinar es   cada vez mayor, cada vez es más frecuente que ambos cónyuges trabajen,   lo cual hace que el pragmatismo se imponga. Por último, cada vez son más   las personas que viven solas y los envases en volúmenes pequeños están   ganando terreno.
CRECIMIENTO
Lulu's Dessert, tuvo que   mudarse en 1985 a una nueva planta productora de 2,500 pies en Gardena,   y de ahí posteriormente pasó a las dependencias actuales de 15 mil pies   en Huntington Beach a las que añade otros 10 mil adyacentes en un   edificio que alquila, y en proyecto figura una inversión de seis   millones de dólares en la construcción de otra nave industrial de 70 mil   pies en Rancho Margarita.
Este crecimiento, no obstante, no se ha visto libre de problemas.
Mientras que un primer   préstamo, en 1989, de 800 mil dólares concedido por el desaparecido   Mercury Savings y respaldado por la Administración de Pequeños Negocios   (SBA), le sirvió para financiar la primera expansión, Sobrino reconoce   cómo la capacidad de producción sigue siendo un problema.
"Ahora nuestra lista   llega a los cuatro mil clientes, y esto supone que hemos de tener un   producto cuya vida se extienda hasta los seis meses, no una semana como   al principio".
En este menester   invirtió cinco años, hasta que los laboratorios consiguieron salir con   la fórmula adecuada que permitiese esa longevidad, además de conservar   la frescura del producto.
Según Bill Schwartz vendedor intermediario de comida para la firma Concept Food Broker, Inc., este aspecto es fundamental.
"Cuanto mayor sea el   tiempo que un producto puede estar en las estanterías de un supermercado   mayores son las oportunidades de aumentar las ventas".
A esto hay que añadir la competencia, aspecto del que Sobrino habla con cierta emoción.
"En el sur de   California hay seis o siete compañías establecidas. Luego, con   frecuencia, surgen otras tres o cuatro que vienen y van, aparecen y   desaparecen", dice la empresaria.
Pero el mayor de todos   no es local, sino nacional. Jell-0, quien se anunció en los medios   utilizando la popular figura de Bill Crosby.
"Esto en cierta forma   nos ayudó, ya que la campaña sirvió para educar al norteamericano   respecto a las gelatinas", dice Sobrino. De hecho, de concentrarse en   exclusiva en el mercado latino, Lulu's Dessert ahora está iniciando una   campaña llamada Millenium en la que trata de penetrar el mercado   anglosajón.
Pero sin duda algo que   dice fue el mayor error de todos fue la decisión de expandir la línea   de productos para incluir las paletas en el momento en que lo hizo:   1990.
LAS PALETAS
Entonces decidió   introducir este producto hecho a base de frutas naturales, no jugos.   Para ello formó una corporación hermana. Fancy Fruit Corporation, la   cual pasó por momentos muy difíciles. "
¿Quién podía pensar que   la recesión iba a llegar y ser tan cruenta como fue?", comenta Sobrino.   En efecto, la recesión dejó en descubierto la carencia de un mejor plan   de mercadotecnia ya que, por ejemplo, 20 contratos bancarios, incluidos   varios préstamos, quedaron incumplidos con el consiguiente cúmulo de   intereses. 
"Coincidió con el   cambio a una nueva planta, el aumento de la plantilla laboral y la   recesión económica". Los gastos subieron más que las ventas, fueron   cinco años muy difíciles, tanto que Sobrino estuvo a punto de perderlo   todo.
"Perdí mi casa y tres propiedades más. Me tuve que mudar a un apartamentito de una sola recámara".
A esto se añadieron los   costos que los supermercados exigen por exponer los productos en los   departamentos de congelados: slotting allowance, cuyo precio varía en   las distintas cadenas.
"El slotting allowance   dificulta el que muchos pequeños productores de alimentos puedan tener   sus productos a la venta", comentó Schwart, quien añadió que pese a   tratarse de una práctica legal, no obstante ha sido retada en varias   ocasiones, siempre infructuosamente.
Según Justo Frías, presidente para Estados Unidos de la cadena Gigante, esta práctica en México no se hace, aquí sí.
"Nosotros a los   pequeños productores no les cobramos, sólo a los grandes, en concepto de   gastos por la introducción de un nuevo producto. Pero sí es verdad, el   pago dificulta que empresas pequeñas puedan tener acceso a los   supermercados", dijo el ejecutivo.
"Así funcionan los   negocios en EU, tienes que apoyar a las cadenas de supermercados para   que ellos vendan tus productos", dice Sobrino.
No fue sino hasta 1995 que Sobrino se recuperó totalmente, pagando todas las deudas y volviendo a hacer negocios en grande.
Para 1997 las ventas   alcanzaron los siete millones de dólares, ocho en 1998 y más de nueve en   el presente año. Estas razones según Sobrino son de índole variada.   Desde la carencia de grasas y colesterol que hacen de la gelatina el   primer producto en el tratamiento de enfermos con el estómago delicado,   hasta el precio que ofrecen las suyas.
"¿Qué se puede comprar   hoy en día por 25 centavos?" dice la empresaria, quien sabe que el   volumen de ventas es lo que ayuda a crecer. Tanto es así, que para los   próximos cinco años comenta que planea lanzar su compañía en forma   pública o IPO (Initial Public Offering) con la intención de vender   acciones.
"Para entonces me habré merecido un descanso, me desligaré de la parte sentimental de Lulu's", comenta.
Lo cierto es que la   empresaria está lo suficientemente "loca" como para haber sido la   recipiente de varios premios de negocios, tanto en ámbitos locales como   nacionales.
Ser mujer, latina y empresaria es algo que Sobrino sabe hacer muy bien. junto a una cosa más: gelatinas.
LA IMPORTANCIA DE UN FOOD BROKER
La gran consolidación   dentro de la industria de los supermercados está haciendo más vital que   nunca el papel que juegan los food brokers (intermediarios) dentro de la   industria.
Ya en el año 1983, los food brokers definían su rol como uno que comprende las siguientes facetas:
1. Servir como fuente de Información.
2. Servir como fuente creativa.
3. Servir como agente de ventas,
4. Servir como proveedor de tendencias y conocimientos que circulan dentro de los despachos de quienes toman las decisiones.
Según Bill Schwartz de   la compañía Concept Food Brokers, Inc., hoy en día, y en relación con   los pequeños productores de alimentos, el broker cumple las siguientes   funciones criticas:
1. Proveedor de conocimientos de primera mano sobre el mercado.
2. Servir como medio de contacto entre ejecutivos con el poder de la toma de decisiones.
3. Servir como experto en mercadotecnia.
4. Servir como experto en comercialización.
Durante la última   década, los food brokers se han concentrado en la tendencia de las   ventas en línea. Según un reporte del Wall Street Journal, las ventas   electrónicas de alimentos crecerán de 10 millones de dólares en 1999 a   6,300 millones en el año 2000.
He aquí algunas organizaciones de food brokers que puede consultar:
National Food Brokers Association
2100 Reston Parkway Ste 400
(703) 758-7790
ecFood.com
923 Incline Way,# 26
Incline Village,NV
http://www.ecFood.com
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